Las tres putas P

Maru Buteler
4 min readFeb 3, 2021

Hace ya un par de años se me ocurrió un dibujo en el cual 3 personajes que ahora describiré conectan mangueritas desde una persona hacia algo.

El primer personaje es el de los Periodistas. Hombres (y mujeres aunque, claro, no muchas) que se dedican a conectar a la gente con lo que pasa en el mundo actual. Verán, yo me crié en una familia en la cual se leía el diario. Tiempo después me di cuenta de que eran los varones los que lo leían (no todos), salvo mis dos abuelas, una para poder seguirle el paso a mi abuelo que fue un gran lector, y la otra porque ya separada se convirtió en el hombre de la casa.

Después, por esas cosas de la vida, terminé estudiando comunicación y trabajando en prensa en la casa rosada. Sí, muchos periodistas.

Resulta que a mi me enseñaron que los periodistas son aquellos que buscan y publican la verdad de la milanesa. Por supuesto que habría que discutir qué es la verdad, pero por ahora convengamos que los hechos son objetivos en tanto como comunidad nos hayamos puesto de acuerdo en que 1 kilo es 1 kilo, no 2.

Cuando alguien es buen periodista no se queda con lo que le dicen, investiga, contrasta, busca siempre la otra campana, chequea las fuentes y recién después publica. Un buen periodista es un investigador público y para él, o ella, su reputación es todo.

Cuando alguien es un mal periodista en cambio, no busca encontrar la verdad para publicar, lo que busca es figurar. Busca seguidores a quienes influir. Busca rating.

Y he aquí la obviedad que me lleva a escribir este post: Que haya buenos y malos periodistas no implica que el periodismo sea malo.

El segundo personaje es el de los Profesores. Como creo que al final todo es autorreferencial va de nuevo el por qué de mi observación. Mi abuelo, además de gran lector, fue profesor de geopolítica durante muchos años y no perdía oportunidad de enseñar a cualquiera que se le cruzara por adelante. Con el tiempo descubrí que a mí también me gustaba la docencia y tuve oportunidad de conocer grandes y también pésimos profesores. Hasta yo misma lo fui.

Cuando alguien es buen profesor, conecta a sus alumnos con lo que otras personas estudiaron y sistematizaron para mejorar la calidad de las preguntas que ese alumno puede hacer. Un buen profesor una vez me dijo que para serlo hay que poder hacer fácil lo difícil. Ser un buen traductor.

Pero claro, está lleno de malos profesores que lo que hacen es pedirle a los alumnos que repitan como loros, muchas veces fanáticos, sin conectar con lo que a ellos les importa ni mucho menos con cuestionar eso que enseñan. Estos personajes no están ahí para mejorar la vida de esos alumnos, están ahí por el espacio de poder que ese lugar representa tanto en el aula como en la sociedad. “Those who can´t do, teach”.

Y de nuevo, que haya malos y buenos profesores no hace que la docencia sea mala.

El tercer y último personaje es el más polémico de todos. A estos voy a llamarlos los Psi, pero son todos aquellos profesionales que se dedican a conectar a las personas consigo mismas. Acá entran todo tipo de terapias aunque muchas no tengan casi nada en común e incluso algunas nieguen ser llamadas así. Psicologos, psiquiatras, counselors, coaches, acompañantes espirituales, terapéuticos, sacerdotes, monjas, chamanes, gurues del autoconocimiento de todo tipo y color.

Un buen Psi es alguien que dedica gran tiempo y esfuerzo a entender mejor qué significa ser un ser humano. Cómo piensa, cómo siente, cómo decide, cómo se comporta, cómo se pone de acuerdo con otros, cómo rompe esos acuerdos, y así con cada aspecto del vivir. Con ese saber no busca informar, como haría un Periodista, ni busca enseñar como haría un Profesor. El Psi lo usa para ayudar a un otro a hacerse mejores preguntas sobre sí mismo.

Un mal Psi en cambio tiene una agenda, busca que su paciente o cliente haga o piense o sienta de determinada manera. Sí, ya sé, la mayoría está acá, lo sé. Pero… que haya buenos y malos Psi no hace que lo Psi sea malo.

Y por eso el título de este post.

Estoy convencida de que mientras las personas no aprendan a conectar consigo mismas serán incapaces de distinguir un buen de un mal Periodista o un buen de un mal Profesor, mucho menos un buen de un mal Psi.

Estoy convencida también y por ahora, de que podríamos construir un mundo que no necesite más de profesionales Psi porque cada ser humano es criado en un entorno respetuoso y sin mentiras. Un mundo que no necesite más de Profesores porque el conocimiento universal esté realmente a disposición de cualquiera. Un mundo que no necesite más de Periodistas porque la información esté verificada y accesible en tiempo real. Utopías.

Por ahora estamos lejos de esa posibilidad, pero mientras tanto, creo que es vital que empecemos a distinguir que no es lo mismo conectar con el mundo, con el conocimiento y con uno mismo. Es vital entender que los 3 son necesarios, y al igual que una mesa de 3 patas, se cae si falta alguna.

Un mal Periodista, un mal Profesor, un mal Psi va a decirte que con sólo una de esas patas basta. Capaz con dos. Todo verso.

Podría cambiar el título del post y decir “las 3 preciosas P”. Podría, pero estamos cada vez más distópicos y amerita la puteada.

Mientras tanto, Salú, y que siga el baile :)

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Maru Buteler

A favor de la libertad y en contra de cualquier abuso. Coach de personas que crean el cambio