Uno no elige su deseo

Maru Buteler
2 min readDec 30, 2020

“Uno no elige su deseo” le escuché decir hace muchos años al filósofo y recuerdo que entré en shock anafiláctico.

“Pero me estás jodiendo?” pensé, “Si no lo elijo yo quién carancho lo elije?”.

Tardé bastante en entenderlo. Me costó sangre sudor y lágrimas comprender que hay muchos niveles de lo que llamamos “yo”. En mí y en cada uno.

Al final ese “deseo” que uno no elige surge de la configuración que somos, nace en el inconsciente y nos atrae de formas que no podemos explicar.

Por eso es tan importante aprender a bucear.

De dónde viene ese deseo? De verdad es algo que quiero o es algo que debería querer? Tiene que ver conmigo o con la gente y la sociedad en la que vivo? Me hace bien o sólo es para sacarme las ganas y llenar un vacío incómodo?

La palabra deseo viene del latín vulgar desidium ‘ociosidad, deseo, libido’. Desidium proviene del latín clásico desidia ‘ociosidad, pereza’, cuya raíz es el verbo desidere ‘permanecer sentado, detenerse’, que se compone del prefijo de- y el verbo sedere ‘estar sentado’.

El verdadero deseo nunca surge en la corrida del día a día. Eso es otra cosa.

El verdadero deseo necesita su espacio para aparecer. Tiempo y espacio.

Ese que surge cuando frenamos. Cuando soltamos las preocupaciones del mundo. Cuando nos encontramos a nosotros mismos sin hacer nada.

Uno no elige su deseo, pero si cuando aparece uno no lo elige, entonces lo que se pierde es a uno mismo.

Termina el 2020 y mi deseo es que cada ser humano pueda tener el tiempo, el espacio, el coraje y la humildad para seguir su propio deseo y así, encontrarse cada vez más.

Salú

--

--

Maru Buteler

A favor de la libertad y en contra de cualquier abuso. Coach de personas que crean el cambio